Repasando un poco la historia de Mérida, esta ciudad fue fundada por el imperio romano en el año 25 a. C. por orden del emperador Octavio Augusto como recompensa a los soldados romanos jubilados que combatieron en las guerras cántabras, además de repudio dulcificado al alejar a dichos soldados de Roma por apoyar a su rival Marco Antonio en la cuarta guerra de la República Romana.

Buscaron un enclave único que imitase a la ciudad de Roma con 7 colinas, un río y un afluente, donde instalaron todos los equipamientos que tenía la capital imperial: teatro, anfiteatro, foros, templos, acueductos, muralla, puentes, etc.

Sobre ese enclave, trazaron las dos vías principales, el decumanus maximo (este-oeste) y el cardus maximo (norte-sur) y perpendicularmente a ellas y equidistantes, las calles secundarias. Todo ello forma el damero o trazado hipodámico.

Mérida fue capital de la provincia romana de Lusitania.

Sobre dicho damero, se colocaron los principales equipamientos públicos.

El anfiteatro romano era un lugar público en donde se celebraban espectáculos y juegos, con forma ovalada y diferentes gradas, ocupadas según el rango social y económico.

Tras el paso del tiempo, la falta de uso y la reutilización de materiales, actualmente queda una ruina que con sutiles reconstrucciones, podemos vislumbrar su aspecto de antaño.

Junto al anfiteatro, se encuentra el teatro romano, con forma semicircular y escenario, en donde se realizaban interpretaciones de obras dramáticas, griegas y latinas.

Este teatro ha sufrido un proceso de reconstrucción y rehabilitación más destacada que el anfiteatro, con nuevos asientos, escalinatas y accesos, además de una reconstrucción parcial del frente escénico.

Desde principios del siglo pasado, se le ha dado uso al teatro con el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.

Como en toda ciudad romana, no puede faltar el acueducto. En esta ciudad, existieron 4 acueductos (1 de ellos tenía uso exclusivo de las fábricas de ladrillos para la rápida construcción de la ciudad) y el mejor conservado es el Acueducto de Los Milagros.

Y el puente romano, que en esta ciudad existen 2 y uno de ellos con una gran longitud (cerca de 1 km). Era la principal vía de comunicación entre Córdoba y Oporto (de este a oeste) y la Vía de la Plata (de norte a sur).

En tema religioso, hay que destacar el Templo de Diana, que en realidad, estaba dedicado al culto imperial de Octavio Augusto y es el único templo religioso romano que ha perdurado en Mérida.

El templo ha sufrido el paso del tiempo y el cambio de uso de los diferentes pueblos que han pasado por Mérida: romanos, visigodos, islámicos y cristianos.

Sin embargo, es debido al uso y adaptación del edificio lo que ha permitido que a día de hoy, podamos disfrutar del edificio.

El foro romano está parcialmente descubierto, con su columnata, estatuas y entablamento. Era la plaza pública por excelencia en el Imperio Romano y allí se encontraban las instituciones de gobierno, mercado y religión.

Tras la caída del Imperio Romano, se asentaron los visigodos y dejaron su impronta en la ciudad. Como mejor ejemplo de ello, tenemos las ruinas del albergue de peregrinos y hospital llamado Xenodoquio.

El Museo de Arte y Cultura Visigoda de Mérida reune la colección de arte visigodo más importante de la península Ibérica y se encuentra en antiguo convento de Santa Clara del centro histórico.

Tras el derrocamiento de los visigodos a manos de los musulmanes, estos se instalan en gran parte de la península Ibérica.

La Alcazaba de Mérida es la fortificación militar musulmana más antigua de la península Ibérica construida en el siglo IX por Abdemarrán II como bastión para controlar la ciudad.

En su interior, se encuentra una pequeña mezquita y un depósito subterráneo de agua.

La Morería de Mérida es el barrio que fue ocupado por la población musulmana tras la toma de la ciudad por las tropas cristianas en el año 1.230.

Actualmente, parte de las ruinas son visitables ya que se encuentran desenterradas y bajo un imponente edificio elevado respecto de la cota de calle, creando un museo al aire libre, en donde conviven las ruinas romanas, visigodas y árabes.

La Basílica de Santa Eulalia es un claro ejemplo de transformación a lo largo del tiempo. Inicialmente, fue concebido como un túmulo de enterramiento de la niña martir Santa Eulalia.

Esta niña fue martirizada en la época romana por la persecución cristiana cuando tras un acto de rebeldía, manifestó su cristianismo ante los romanos. Los cristianos consagraron su martirio y posteriormente, fue transmitido a lo largo de la península Ibérica.

Posteriormente, el túmulo se transformó en capilla paleocristiana con cementerio, basílica visigoda y tras, la expulsión musulmana, se reconstruyó en basílica románica.

En la actualidad, los edificios más recientes construidos tienen en cuenta el patrimonio y las ruinas existentes.

El edificio más destacado es el Museo Nacional de Arte Romano, diseñado por el arquitecto Rafael Moneo, junto al teatro y el anfiteatro.Es un edificio que posee una integración correcta con el entorno, las ruinas y exponen sus amplias y valiosas colecciones.

Nada más entrar en él, lo que destaca es la escala del edificio, de dimensiones espaciales majestuosas en donde el visitante tiene la sensación de pequeñez,  que es la misma que se tiene al visitar el anfiteatro o el teatro.

Otro edificio es el de las Consejerías de la Junta de Extremadura en la Morería, diseñado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg, edificio con ruinas al aire libre y cubierto anteriormente comentado.

Un proyecto de reciente construcción es la recuperación del entorno del Templo de Diana. Este templo romano estaba rodeado de medianeras y carecía de acceso alrededor del templo.

Con esta intervención del arquitecto José María Sánchez García, las medianeras se esconden tras un edificio continuo de hormigón visto, alrededor del templo a modo de foro romano en dos plantas, permitiendo pasear alrededor del templo y disponer de cafeterías y terrazas al aire libre, aportando espacio libre a una ciudad densa y con carencias de espacio libre en el centro.

También destacamos el Auditorio de Mérida, construido en la orilla opuesta a la ciudad histórica del río Guadiana. Es una intervención moderna e impactante, diseñado por el estudio de arquitectura Nieto Soberano, a modo de mirador hacia la ciudad histórica y con fachadas en la que se recrea continuamente en relieve el plano de la ciudad romana de Mérida.

Hay que destacar que existen muchos más edificios como el circo romano, las termas extramuros, centros de visitantes en planta baja y sótanos de algunos edificios, el arco de Trajano, casa del Mitreo, etc, que son muy interesantes y que no hay que olvidar visitarlos.

Alrededor de Mérida, también existen muchas visitas, tales como la presa romana de Proserpina, las termas de Alange, etc, que completarán la visita a la ciudad de Mérida.

Espero que hayáis disfrutado de esta guía de arquitectura e historia de Mérida.

Un saludo.

Raúl Benítez.

+34 647698027 / +34 958192320